viernes, 15 de agosto de 2008

Carta de un Padre a su Yerno

Yerno…
¿Así que tú eres el pobre diablo que acaparó el corazón de mi preciosa hija y que está saliendo con ella? Bueno, espero que ambos se estén tomando las cosas con la seriedad y madurez del caso. Cómo ambos queremos y deseamos la felicidad de la misma mujer, espero que podamos llevarnos bien y ser buenos amigos, ya que por desgracia nos veremos las caras bastante seguido. Por lo que he oído, pareces ser un buen muchacho para mi hija y espero que esto sea así. Mi niña es la luz de mis ojos, es mi consentida y la alegría de mi vida: la amo desde el día en que nació y a partir de ese día, me he quebrado la espalda para darle el hogar y la felicidad que merece. Es por estas razones que quisiera hacer un rayado de cancha para que tú y yo podamos llevarnos bien y tener una buena convivencia. Por eso es necesario plantear algunas reglas que harán de nuestras vidas algo más llevaderas, y así evitar roces posteriores, que puedan inquietar a mi dulce y tierna niñita.


Regla #1: Si te estacionas frente a mi casa y tocas la bocina, más te vale que estés entregando un paquete, porque de otro modo NO vas a recoger a nadie. No seas haragán y baja a tocar la puerta y a preguntarme si puedes sacar a mi niña a pasear. Caminar 5 metros no te va a hacer más daño.

Regla #2: No tocarás a mi hija frente a mí bajo ningún pretexto, a no ser que sea para salvarle la vida y no haya otra opción. Puedes mirarla de reojo si quieres, mientras esta mirada no pase por debajo de su mentón. Si no puedes mantener tus ojos o tus manos lejos de ella, me aseguraré de solucionar tu problema: te sacaré los ojos y te arrancaré las manos.

Regla #3: Estoy consciente que está de moda que los muchachos de tu edad usen los pantalones sueltos y a punto de caer. No tomes esto como un insulto, pero tú y tus amigos son unos pobres idiotas. Aún así, tengo mente abierta, por lo que te propongo un trato: Puedes pasar de esa puerta, con tus pantalones a medio caer y mostrando los calzoncillos. No obstante, para asegurarme que tu ropa no te traicione mientras estés con mi querida hijita, usaré alambre de púas y te voy a amarrar personalmente los pantalones a la cintura.

Regla #4: Estoy seguro que te han dicho que en el mundo de hoy, sexo sin protección te puede matar. Déjame replantearte el asunto en lo que concierne al sexo, de manera que lo entiendas bien: YO SOY la protección, y SI LE TOCAS UN PELO te mataré.

Regla #5: Para que nos conozcamos mejor, deberíamos hablar sobre deportes, política y otros asuntos del diario vivir. Por favor, olvídate de toda esa basura. La única cosa que necesito saber de ti es a qué hora traerás a mi hijita de regreso a casa, sana y salva, y la única palabra que escucharé y aceptaré es “TEMPRANO.”

Regla #6: Tengo entendido que eres muy popular entre las chicas de tu edad y que no te faltan oportunidades para salir con ellas. Me da lo mismo, mientras mi hijita esté de acuerdo. Te lo advierto, si empiezas a salir con mi nenita, SÓLO SALDRÁS CON ELLA hasta que se harte de ti y decida hacerte a un lado. Si la Haces Llorar, YO TE HARÉ LLORAR.

Regla #7: Si llegas a mi casa y te pones a esperar a que mi hija esté lista, por muchas horas que pasen, NO suspirarás de impaciencia, NI pondrás cara larga, NI la llamarás a gritos, NI irás a ver qué pasa. Si quieres estar a tiempo para ver esa película, deberías ir sólo. Mi hijita se está maquillando y poniéndose preciosa, y el maquillaje es un proceso que puede tomar más tiempo que pintar el Puente Golden Gate. En ves de esperar allí parado como un completo imbécil, ¿Por qué no haces algo útil, como cambiarle el aceite a mi auto o destapar las cañerías del baño?

Regla #8: Tienes absolutamente prohibido llevar a mi hijita a los siguientes sitios: Lugares donde haya camas, sillones y cualquier cosa más blanda de que una plancha de madera con clavos. Lugares donde no haya padres, policías o monjas en las proximidades. Lugares oscuros. Lugares donde se baile, donde se tomen las manos o donde haya mucha felicidad. Lugares donde la temperatura ambiental exija ropa de verano. Conciertos o eventos musicales. No Pueden Ver películas con un fuerte contenido romántico o sexual. Películas donde sólo haya balaceras y patadas están bien. Programas de cocina y dibujos animados están permitidos. No pueden salir en grupos menores de tres (y no me refiero a tu mejor amigo).

Regla #9: NO me mientas. Puedo verme algo gordito, pasadito de edad, podré estar atravesando por la crisis de los 40 y olvidarme de algunas cosas, pero en lo que concierne a mi querida hijita, Soy el todopoderoso inmisericorde dios de tu universo que todo lo sabe y sabrá: podrás irte a dormir maldiciéndome, pero te despertarás rezando por mi aprobación, la cuál dudo que obtengas algún día. Si te pregunto a donde van y con quién, tienes UNA sola oportunidad para decirme la VERDAD, toda la VERDAD y nada más que la VERDAD. Si descubro que me has mentido, te advierto que tengo una escopeta que me muero por usar, una pala y 10 mil hectáreas de terreno. NO juegues conmigo. Dudo que alguien te extrañe.

Regla #10: Ten Miedo. Ten MUCHO miedo. Como ya estoy algo sordo, suelo confundir el sonido del motor de tu auto deteniéndose fuera de mi casa, con el ruido de un helicóptero viniendo hacia mí, volando sobre un campo de arroz en Hanoi, bajo intenso fuego enemigo. Soy sicótico, y cuando esto pasa, las voces en mi cabeza me dicen que tome las armas y que defienda el territorio: tan pronto como te estaciones, saldrás del auto con las manos en alto. Dirás la contraseña del perímetro y anuncia con VOZ CLARA que has venido a dejar a mi preciosa hijita a casa, y que está sana, salva Y TEMPRANO. Luego te regresas a tu auto y te largas que no veo la necesidad de que entres a la casa. La cara con pintura de camuflaje en la ventana, que sostiene el rifle soy yo y no quieres saber lo que puedo hacer en una crisis de psicosis: siempre puedo alegar demencia temporal. La verdad es que no sé qué fue lo que mi niñita vio en un perdedor como tú, pero mientras ella sea feliz, no tengo objeciones. Escúchame nada más que me las pagarás de aquí al infierno si osas quebrantar alguna de estas reglas, porque prometo dolor. MUCHO dolor. Espero que después de esto las cosas te hayan quedado claras y que podamos ser buenos amigos. Si tienes alguna duda (duda, no queja), tan sólo pregúntame y te responderé. Me alegra poder darte la bienvenida a mi familia. Tu Suegro.

Saludos!

No hay comentarios: